Contraneurosis

La neurosis es un trastorno psíquico sin una alteración orgánica demostrable, el las cuales el juicio de la realidad se halla conservado y hay lucidez. Las personas neuróticas son conscientes de su enfermedad, ya que reconocen sus síntomas, de los que la angustia es el más importante. Con la pluma y sin la espada, una modesta propuesta Contraneurosis.

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Nombre: Lucía Foos
Ubicación: Buenos Aires, Argentina

Joven argentina de 24 años. Estudiante en la Universidad del Cine. Blogger por adicción, guionista en estado embrionario, productora de radio online y mujer imperfecta.

lunes, junio 13, 2005

Clases de canto

Primero hay que pensar que el aire viene de la cabeza y después baja por la boca para salir. Imaginarse que las cuerdas vocales en realidad están en alguna cavidad intra craneana, seguramente cerca de la nariz, y son como dos tensores malhumorados que hay que domesticar y someter a nuestra voluntad. Los pulmones sólo sirven para generar vacío y así incentivar a las cuerdas remolonas.

Sino, hay que pensar que una aspiradora nos tira de la nuca y hace resonar el sonido en algún lugar atrás del cerebro. O sentir como si un hilo de caña de pescar nos clavara el anzuelo en la parte más arriba de la cabeza y nos tire las cuerdas, estirándolas casi como castigo.

Otra opción es imaginarse que uno está en el dentista y debe decir "AAAHH" con la boca muy abierta para que por fin pueda extraer esa maldita muela. Sólo que el dentista nos da mucho miedo y por eso hacemos la colocación super aguda.

La sensación extrañamente consciente de un tubo abriéndose y cerrándose tanto es normal. También lo es sentirse una corneta chillando con garganta de ballena.




Definitivamente hay que tener mucha imaginación para poder cantar bien.

jueves, junio 09, 2005

El pequeño control de una vaquita

Una pequeña vaquita blanca y con manchitas habita en un rincón de mi cerebro, algún lugar cerca del hipotálamo. Todos los días se levanta con el amanecer y saborea los pastos que crecen en mis rendijas cerebrales gracias el fluido de las hormonas.

Luego suele salir a pasear. Le divierte escabullirse por la cavidad occipital y jugar a la escondida con amuigitos imaginarios. Siempre me cuenta, ya por las noches, alguna heroica acción al grito de "Basta para mí y para todos los compas!".

Le divierte también meterse a veces entre mis cuerdas vocales y jugar como si fueran camas elásticas, rebotando entre ellas. Esta actividad suele dejarmelas un poco irrtiadas, aunque debo reconocer que me facilita la llega a los agudos por en cima del Do.

Nunca supe cómo llegó ella hasta aquí. Un día la soñé, pastando adentro de un subte y convidandome filosofía, y por algún desperfecto técnico en mi despertar quedó atrapada en este mundo. Pero nos llevamos bien. Disfruto sus conversaciones en mi insomnio, y cada tanto, mientras duermo, viene a salvarme de algún peligro, por lo general en helicóptero.