Anoche contigo
Un pequeño homenaje a un grande, que como una sudestada arrasó Buenos Aires dos noches seguidas, cereza del postre de una gira internacional en la que pisó varias ciudades argentinas...
No nos dejes nunca sin tu poesía, Joaquín!...
Nos has enseñado que amar no tiene nada que ver con los cuentos de hadas, que a veces ser fiel a sí mismo es mentir a los demás, y que se puede, sí se puede!, salir de la droga.
A veces lo único que queda por decir es... ¡gracias!

Cuando le dije que la pasión
por definición no puede durar,
¿cómo iba yo a saber
que ella se iba a echar a llorar?
No seas absurdo me regañó,
esa expliacación nadie te la pidió,
asi que guardatela,
me pone enferma tanta sinceridad.
Y así fue como aprendí
que en historias de dos
conviene a veces mentir,
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir que el azar se parece al deseo,
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan,
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el Universo era más
ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar
mentiras piadosas.
Y cuando por la quinta cerveza
le hablé de esa chica que me hizo
perder la cabeza, estalló:
"¿vas a callarte de una vez por favor?".
Y así fue cómo aprendí
que en historias de dos
conviene a veces mentir,
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el Universo era más
ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar
mentiras piadosas.
No nos dejes nunca sin tu poesía, Joaquín!...
Nos has enseñado que amar no tiene nada que ver con los cuentos de hadas, que a veces ser fiel a sí mismo es mentir a los demás, y que se puede, sí se puede!, salir de la droga.
A veces lo único que queda por decir es... ¡gracias!

Cuando le dije que la pasión
por definición no puede durar,
¿cómo iba yo a saber
que ella se iba a echar a llorar?
No seas absurdo me regañó,
esa expliacación nadie te la pidió,
asi que guardatela,
me pone enferma tanta sinceridad.
Y así fue como aprendí
que en historias de dos
conviene a veces mentir,
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir que el azar se parece al deseo,
que un beso es sólo un asalto y la cama es un ring de boxeo,
que las caricias que mojan la piel y la sangre amotinan,
se marchitan cuando las toca la sucia rutina.
Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el Universo era más
ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar
mentiras piadosas.
Y cuando por la quinta cerveza
le hablé de esa chica que me hizo
perder la cabeza, estalló:
"¿vas a callarte de una vez por favor?".
Y así fue cómo aprendí
que en historias de dos
conviene a veces mentir,
que ciertos engaños son
narcóticos contra el mal de amor.
Yo le quería decir la verdad
por amarga que fuera,
contarle que el Universo era más
ancho que sus caderas.
Le dibujaba un mundo real
no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar
mentiras piadosas.